viernes, 20 de marzo de 2009

Pesimismo existencial




Es indiscutible la calidad técnica de todas las películas de Isabel Coixet. Estéticamente, Elegy es una película preciosa que goza de una belleza estilística asombrosa. La magnífica fotografía de Jean Claude Laurrieu, cuya importancia se ve reforzada en el film por el gusto por la fotografía que muestra Kepesh, se adecua a los tonos claroscuros, melancólicos y pesimistas característicos de Coixet, logrando momentos de una gran intensidad. Este ambiente de pesimismo existencial va acompañado por largos planos silenciosos en los que se concede todo el peso del significado a la fotografía, piezas de piano melancólico de fondo de Eric Satie y un ambiente lluvioso. La fotografía es el aspecto más cuidado en su búsqueda de atmósferas cerradas y asfixiantes, en las que parece que falta el aire a los personajes.

Sin embargo, la química entre los dos protagonistas, Ben Kingsley y Penélope Cruz, se mantiene a años luz en comparación con la que logran otras parejas de otras películas de Coixet, como la de Tim Robbins y Sarah Polley en La vida secreta de las palabras o la de Mark Ruffalo y Sarah Polley en Mi vida sin mí. Tal vez porque en estas películas Isabel creó el guión y disponía de total libertad para establecer y transmitir unas relaciones que ella misma había creado. Coixet tiene un gran mundo interior y sus películas únicamente emocionarán a la audiencia si las historias salen de su puño y letra.

1 comentario:

beatriz.anconitana dijo...

Parece mentira pero estoy completamente de acuerdo con tu opinión.
Creo que a Isabel hay que dejarla escribir,es una verdadera creadora y contadora de historias anónimas, ella es una persona con tantas cosas que contar...no es necesario darle guiones de otros.
Y, si, me gusta más Sara Polley para los filmes de Coixet, es perfecta sencillamente y consigue mucha química con sus parejas.

un saludo